Con los ingredientes habituales del flan y un poco de fruta o jugo de piña se cocina un delicioso y original postre. Presentamos sus dos versiones más sencillas: con y sin horno.

De vainilla o de huevo suelen ser la mayoría de flanes que se preparan en muchas cocinas. Sin embargo, siempre es posible incorporar ingredientes sorpresa, como por ejemplo la fruta que se añade a un flan de piña.

Este es un postre sencillo de preparar en el que es posible usar la fruta fresca, en almíbar o en su jugo. El resultado final es un dulce delicioso, cremoso y ligero que gusta a toda la familia.

Sin duda alguna, el flan es uno de los postres más tradicionales y clásicos de la tradición repostera. En su receta básica se combinan la leche, el azúcar y los huevos con el caramelo que aporta un toque especial de color.

Sin embargo, en ocasiones se puede ampliar el abanico de posibilidades e introducir variaciones en la preparación. Mezclar frutas en su base u otros sabores, como chocolate o queso, son algunas de ellas.

El flan de piña se obtiene al incorporar esta fruta entre los ingredientes. Y es muy interesante cocinar con ella, pues es un producto ligero, con buen aporte de vitamina C y fibra.

Además, contiene enzimas que facilitan la digestión y, según aclaran estudios científicos, puede repercutir en otras acciones del organismo, como la coagulación de la sangre, los procesos inflamatorios y la absorción de medicamentos.

Se puede preparar sola, en forma de batido, en una tarta o en un flan, como en las dos recetas que se presentan a continuación.

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Este postre es sabroso y fácil de preparar. Con la decoración final resulta muy original y atractivo. 

Este flan de piña queda muy bien decorado con nata batida y una cereza confitada. Pero esta fruta combina a la perfección con otros ingredientes, por lo que también es posible espolvorearlo con canela en polvo o coco rallado. 

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La segunda propuesta de flan de piña es un poco diferente, ya que para su elaboración no es preciso el uso del horno. Una opción en la que resalta el intenso sabor a fruta y su textura cremosa. 

El uso de piña natural o en almíbar es indistinto, si bien siempre es preferible optar por la primera, ya que se trata de su forma natural. Aunque en este caso es un poco más difícil y laborioso de pelar. 

Para darle un aroma extra es posible infusionar la leche con una vaina de vainilla, una rama de canela, unos granos de cardamomo o un poco de corteza de naranja o limón.

Este flan de piña se puede preparar en un molde entero (redondo o alargado) o en pequeños vasitos individuales. En este caso es necesario untar de caramelo la base y los lados de cada uno de ellos.

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Para comprobar si el flan está hecho hay que introducir una aguja en el centro. Si sale limpia ya está en el punto de cocción perfecto. De lo contrario, dejar cocer 5 minutos más.

Nota Cortesía del portal :  Mejor con Salud 

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