Reconozco que tengo cierta querencia por los coches pequeños. Me parece que resuelven la gran mayoría de los problemas de movilidad de la población de una forma sensata. Además resultan más económicos que sus hermanos mayores en muchos aspectos, no sólo en el momento de la adquisición, lo que les convierte en una compra inteligente en cuanto al coste de uso: combustible, seguro, mantenimiento, repuestos... Y si además son divertidos, como sucede con este retocado Ford Fiesta de séptima generación, entonces resuenan campanillas.

El Fiesta es el modelo más reducido de la marca del óvalo, lo que hace que la ciudad sea su territorio favorito. Por eso los de Dearborn han dotado a casi toda la gama de motorizaciones de este modelo con hibridación ligera, tecnología con la que se hace acreedor a la etiqueta ECO de la DGT. Un punto a su favor nada despreciable, teniendo en cuenta que el año que viene entrarán en marcha las Zonas de Bajas Emisiones en muchas ciudades españolas. Es decir, incomodidades y problemas para los conductores urbanos, de los que esta etiqueta nos ayudará a olvidarnos, como en el acceso a dichas zonas. Y, todavía mejor, Ford ha sabido dotar a su modelo de un carácter deportivo muy notable. Con ello le hace también más que capaz de realizar largas travesías de modo agradable y sin desesperar a sus pasajeros.

Dentro de la gama Fiesta hemos elegido un modelo con el equipamiento intermedio ST-Line X, con el motor a gasolina 1.0 EcoBoost con hibridación ligera y potencia de 125 caballos. La gama ya no cuenta con motorizaciones diésel ni de tres puertas, así que es el modelo de cinco puertas.

- Sus medidas son contenidas como corresponde a su segmento con 4,06 metros de largo, una altura de 1,48 y un ancho de 1,73 metros, algo más pequeño de lo que es habitual. Esto en ciudad puede ser una ventaja sobre todo a la hora de entrar y salir algo mejor en los aparcamientos. Su maletero acoge 311 litros de capacidad ampliables a 1.093 litros con los asientos traseros abatidos. Está homologado para cinco plazas, pero la realidad nos indica que rara vez podremos viajar más de cuatro personas como sucede en el resto de modelos de la competencia.

- El motor de tres cilindros entrega 125 CV de potencia y 210 de par motor, que son más que suficientes para empujar a este pequeño bólido hasta los 200 km/h de velocidad máxima y aportar una destacada aceleración de 0-100 km/h en 8,4 segundos. Cuenta con turbopropulsión e inyección directa, además del automatismo de arranque y parada. También cuenta con un pequeño motor eléctrico para generar corriente eléctrica.

- La tracción es a las ruedas delanteras y en la unidad de prueba contaba con cambio manual de 6 velocidades, aunque en la gama es posible encontrar un cambio automático Powershift de siete relaciones. En el eje delantero cuenta con frenos de disco ventilados, que son solo de tambor en el posterior.

- En cuanto a las ayudas a la conducción cuenta con sistema de reconocimiento de señales, aviso de vehículos en el ángulo muerto, ayuda a la frenada de emergencia, sistema de mantenimiento de carril, programador de velocidad con parada y reanudación de marcha automáticas, sistema de aparcamiento semiautomático... Llega con faros “full led” que proporcionan una muy buena visión nocturna y en cuanto a conectividad, puede conectarse con un aparato vía Android Auto y Apple CarPlay.

En el apartado dinámico, este Fiesta nos ha convencido. Lo mejor sin duda es su chasis, capaz de controlar todos los movimientos del coche de modo que otorga a su piloto una gran dosis de tranquilidad. Probado en carretera de montaña, el coche da de sí más de lo que la gran mayoría de conductores seremos capaces de extraer de él. Es más, parece que cuanto más rápido vas, más se crece el coche y más se afianza en el asfalto. Pero es un coche pequeño y ligero y eso hay que tenerlo muy en cuenta, porque a veces sus 125 CV de potencia y su gran plataforma pueden hacer que nos dejemos llevar por las alegrías. Y si en carretera de montaña es bueno, imagínense en una carretera normal o en autopista. Casi el único punto que creemos que se podría mejorar es que la dirección electrónica a veces no transmite del todo lo que pasa entre las ruedas y el asfalto, resultando quizá demasiado ligera. El resultado es que hasta que te acostumbras un poco el coche da la impresión de ser ligeramente subvirador. En realidad no es él, sino el conductor que no realiza la maniobra de la manera necesaria. Con el paso de unos pocos kilómetros eso se atenúa, por supuesto, pero una dirección más firme y comunicativa hubiera redondeado un pastel ya de por sí muy bueno.

El cambio de marchas es preciso, los recorridos entre velocidades son cortos y la palanca está cómodamente situada. Los frenos nos parecieron coherentes al resto de la mecánica. No es ruidoso.

En el interior, el equipamiento es elevado. Todo está muy bien situado y conserva los controles de climatización y sonido “fuera” del sistema digital, lo que resulta en un manejo más seguro y cómodo. El sistema de infoentretenimiento y conectividad Sinc de Ford es uno de los mejores del mercado. Es rápido, cómodo, intuitivo de manejar, las grafías son claras y la información es pertinente siempre. Los asientos son cómodos y visualmente resulta agradable. Por sus medidas atrás no es un coche amplio. Con mi 1,82 m. y el asiento del conductor colocado para mi comodidad, atrás yo iría un poquito justo de rodillas y también de cabeza si el coche incorpora techo solar que quita unos 2 centímetros de espacio al techo. También es un coche poco ancho, lo que también afecta al espacio entre hombros, pero relativamente, porque desde luego los urbanos no son en ningún caso coches para cinco pasajeros en trayectorias medias y casi ni en cortas.

La capacidad del maletero (311 litros), no está mal en su categoría, y tiene unas formas rectangulares y bien aprovechables.

En cuanto a los consumos, hemos hecho 6,1 l/100 km en carretera rápida y unos 7,7 l/100 km en ciudad, lo que son cifras interesantes.

Encontramos el precio del Ford Fiesta ST-Line X desde 23.683 € PVP, aunque a eso habrá que restarle el descuento de la marca, lo que lo dejaría en aproximadamente unos 19.700 euros. En general el Fiesta tiene uno de los precios más asequibles de entre los modelos urbanos y con etiqueta ECO del mercado. Teniendo en cuenta lo bien equipado de serie que llega, su potente motorización híbrida y la buena calidad general, parece una compra equilibrada y con una relación calidad precio muy alta a favor del comprador. Por otro lado, es un modelo que Ford ha sabido dotar de muchas ventajas para que su conductor se enamore de su coche.

¿Echaremos en falta algo más de espacio? Eso ya no depende de la marca, sino de las expectativas del usuario, que cuenta por arriba con otros modelos de la marca igualmente interesantes y la mayoría de ellos con ese distintivo toque deportivo del que hablábamos.

En resumen, es un coche ideal para urbanitas y usuarios que no necesiten demasiado espacio pero que quieran disfrutar de sensaciones de conducción de modelos superiores y sin gastar demasiado dinero en ello. Un “pequeñín” con mucho carácter.