Recetas de cocina fáciles y caserasCake pops de chocolate

Los cake pops son unos pastelillos que se pinchan en un palo y se toman como si fueran una piruleta. Aunque la idea no es nueva, alcanzaron gran popularidad a finales de los 2000, siendo su principal impulsora la pastelera Angie Dudley, más conocida como Bakerella, cuyos libros sobre estos dulces han sido un rotundo éxito de ventas.

La idea es muy simple: se parte de una masa de bizcocho que se desmiga y se mezcla con alguna crema (queso para untar, ganache de chocolate…) para humedecerla y que se pueda moldear en forma de bolitas. Luego para terminar, se recubren con una cobertura que por lo general suele ser un ganache de chocolate, chocolate blanco coloreado u otras coberturas con sabores. En nuestra caso, te contamos la versión chocolateada por dentro y por fuera.

Por si no te lo habías imaginado ya, al utilizar un bizcocho desmigado los cake pops son un buen recurso para aprovechar bien un bizcocho que hicimos para el desayuno hace ya varios días y empieza a estar seco o, incluso, los recortes de la base que hemos hecho para una tarta. Aquí vamos a partir de una mini versión del cuatro cuartos que ya te contamos en su momento.

Lo primero que hay que hacer es desmigar el bizcocho. Para ello lo iremos haciendo miguitas con las manos o, también, se puede pasar por el accesorio picador de la batidora o robot de cocina.

Ahora vamos a preparar un poco de ganache de chocolate que nos sirva para darle consistencia a la masa. Para ello, nada más fácil que calentar los 50 g de nata y, cuando hierva, se la echamos a los 50 g de chocolate, que habremos troceado pequeñito previamente. Dejamos reposar 1 minuto para que coja temperatura y luego removemos hasta que veamos que el chocolate se ha fundido por completo. Si fuera necesario, podemos darle pequeños golpes de microondas, de pocos segundos.

Incorporamos el ganache poco a poco al bizcocho desmigado hasta obtener una masa manejable y compacta. Dejamos reposar en la nevera una media hora para que se enfríe un poco y sea más fácil de manejar.

Formamos las bolas con la masa. El tamaño será más o menos del tamaño de una bola de ping-pong o, para ser exactos, podemos dividirla en 12 partes de 25 g cada una.

Cogemos un palo y hacemos un agujero a cada bola. Luego derretimos 10 g de chocolate unos 5 segundos en el microondas y lo utilizamos como pegamento para meter cada palo en su bola. Dejamos enfriar en la nevera una hora o así, hasta que el chocolate haya endurecido.

Ahora vamos con la recta final. Vamos a volver a elaborar un ganache. Esta vez para usarlo como cobertura. Ponemos a hervir los 100 g de nata, troceamos los 100 g de chocolate, echamos la nata hirviendo sobre el chocolate, reposamos 1 minuto y removemos hasta que el chocolate se haya fundido. Si fuera necesario, al final le podemos dar golpes de unos segundos en el microondas para ayudar a que se funda por completo. Ahora, para darle un toque brillante, le vamos a añadir los 25 g de mantequilla en trocitos que, como se ha indicado, deberá estar fría de la nevera. Removemos hasta incorporar la mantequilla.

Cubrir cada cake pop con el ganache de chocolate dejando que caiga el exceso o, incluso, dándole golpecitos para ayudar a eliminarlo. Hay que hacerlo con cuidado.

Conforme los vamos cubriendo, los dejamos de pie. Para ello se pueden poner en unos vasitos (que se rellenan con sal para que sean más estables). También es habitual clavarlos en un trozo de porexpan o, si te vas aficionar a hacerlos con frecuencia, venden soportes especiales para ello. Llevamos a la nevera hasta que el chocolate se haya fijado.

Así ya estarían pero quedan mucho más chulos si los decoramos. Para ello, te proponemos que les pongas chocolate derretido por encima, que hace un contraste muy chulo y luego los termines con decoraciones de azúcar al gusto (fideos, bolitas y de ese tipo).

Informático de formación y cocinillas por vocación, mi vida cambió el día que empecé a escribir mis recetas en un blog. Intento transmitir a través de las redes un claro reflejo de mi cocina. Una cocina accesible, que todo el mundo puede hacer, donde ingredientes sencillos pero de calidad son la clave del éxito. Recetas para el día a día, con cierta preferencia por lo tradicional, pero donde también hay sitio para viajar en el plato y, de vez en cuando, algo de creatividad. Autor de estoyhechouncocinillas.com.