Tarta fondant elegante, receta paso a paso para una ocasión especial

2022-09-03 09:20:05 By : Ms. Janet Risece

Recetas de cocina fáciles y caserasTarta fondant elegante

Aunque por su apariencia pueda parecer que una tarta fondant es imposible de realizar, lo cierto es que su elaboración no es complicada, aunque sí un poco laboriosa. Sin embargo, el resultado final bien merece la pena. Además, hacer una tarta fondant sencilla y elegante está al alcance de cualquiera con solo un poquito de empeño y dedicación, aunque los profesionales de estas tartas son capaces de darles vida con preciosas esculturas y figuras emulando personajes de animación, superhéroes o caricaturas.

Lo más importante a la hora de hacer una tarta fondant es tener bien estructurada la idea de lo que se quiere hacer en la cabeza y, si es posible, plasmarlo en un papel. De esta forma será más fácil a la hora de decorarla. Del mismo modo, es imprescindible seguir un orden en las elaboraciones y respetar los tiempos de reposo de las mismas.

Es necesario tener a mano una serie de útiles o herramientas que harán más sencilla la tarea y que son específicos para manipular y dar forma al fondant. Un rodillo de nailon antiadherente, una esterilla de silicona con guía de las diferentes medidas de diámetro que pueden tener los bizcochos (redondos o rectangulares), unas palas de alisado… Todo esto ayuda bastante a la hora de hacer una tarta fondant.

Y para terminar, es importante elegir un fondant de calidad ya que esto influirá en el resultado final de la tarta. También habría que hacer mención al tema de la decoración de las tartas fondant. Se puede hacer una tarta elegante sin necesidad de disponer de muchos motivos o extras para su decoración. Solo hay que dar rienda suelta a la creatividad y tener a mano algunos productos básicos para esta tarea: unas bolas de chocolate de colores, polvo comestible para pintar, fondant que pueda sobrar (es una buena forma de aprovecharlo), sprinkles, flores secas o comestibles…

Para elaborar una tarta fondant será necesario por una parte hacer los bizcochos interiores, por otra la ganache que aportará jugosidad al pastel y finalmente se procederá con la decoración.

Para hacer la tarta fondant se comienza elaborado los bizcochos. En este caso es necesario hacer 3 bizcochos. Se empieza precalentando el horno a 160 ºC con calor arriba y abajo. Para hacer la masa de cada bizcocho, en un bol se baten con unas varillas, los 135 g de azúcar con los 165 g de mantequilla a temperatura ambiente, a punto de pomada hasta que comienza a formarse una mezcla cremosa y blanqueada.

Se añaden 2 huevos, de uno en uno, y se mezclan hasta que se integren por completo.

Se incorporan a la mezcla anterior 150 g de harina tamizada junto con 1 cucharadita de impulsor químico. Primero se incorpora la mitad de la harina y, cuando esté mezclada, se añade la otra mitad mezclando hasta que quede una masa homogénea.

El siguiente paso para preparar la masa del bizcocho es añadir 1 cucharada de leche y 1 cucharadita de esencia de vainilla.

El último paso para elaborar la masa del bizcocho es incorporar la piel rallada de 1 limón.

Cuando la masa esté lista, se forra con papel de hornear la base del molde desmoldable y se añade la masa repartiéndola bien. Se le da unos golpecitos al molde contra la encimera para eliminar las posibles burbujas de aire que se forman en el interior y que la superficie del bizcocho quede lisa. Se mete el molde en el horno durante 45 minutos a 160 ºC con calor arriba y abajo. Para saber si está listo, pasado el tiempo de horneado se pincha con un palillo y si sale limpio, se saca y se deja enfriar. Estos pasos se repiten para preparar los 3 bizcochos. Una vez están listos los bizcochos y ya estén fríos, se envuelven en film transparente y se dejan en un lugar fresco y seco preferiblemente hasta el día siguiente que se montará la tarta.

Mientras se hornean los bizcochos se prepara la ganache de chocolate. Esta preparación es muy sencilla. En un cazo o cazuela se ponen los 200 g de chocolate junto con los 175 ml de nata para montar y 1 cucharada de azúcar blanca. Se pone el conjunto a fuego bajo para que el chocolate se derrita poco a poco y se mezcle con con la nata y el azúcar.

La textura de la ganache tiene que ser espesa y la apariencia brillante. Se reserva a temperatura ambiente con un papel de film pegado al chocolate (para que no cree costra) hasta que se haya enfriado y entonces, se guarda en la nevera hasta el día siguiente.

Al día siguiente se sacan los bizcochos del papel film. Con cuchillo de sierra, se recorta la parte superior de los bizcochos.

Se saca la ganache de la nevera y se deja a temperatura ambiente para rellenar las capas de la tarta. Se coloca uno de los bizcochos sobre una base para tartas y esta sobre una base giratoria. Este accesorio no es estrictamente necesario, pero facilita mucho la tarea a la hora de montar una tarta. Con la ayuda de una paleta, se reparte la ganache en cada uno de los pisos de la tarta.

También se cubre con la ganache el exterior de la tarta para tapar posibles huecos que queden entre los bizcochos y sus poros. Tiene que quedar todo perfectamente cubierto de ganache y lo más liso posible.

Una vez cubierta de ganache la tarta, se refrigera en la parte superior de la nevera durante 2 horas como mínimo para que la ganache endurezca de nuevo y sea más sencillo forrar la tarta con el fondant.

Se mete 1 kilo de fondant bien envuelto en papel film en el microondas a potencia mínima durante 30 segundos para que se ablande un poco y sea más sencillo de amasar. Se amasa hasta que se vuelva, manejable, brillante y elástico. Es necesario utilizar guantes aptos para el contacto con alimentos. No se debe dejar el proceso a medias pues el fondant tiende a enfriarse y quedar duro, lo que haría que después se agriete y se rompa.

Cuando tengamos la masa en las condiciones ideales, es decir, se perciba moldeable, brillante y elástica, se hace una bola y se coloca en la mitad del tapete de silicona.

Con el rodillo, extendemos la masa de fondant de forma que quede circular y de un grosor aproximado de 3 mm.

Entonces se saca la tarta de la nevera y se coloca sobre ella el fondant ya extendido. Se va asentando poco a poco de arriba hacia abajo con cuidado de no hacer pliegues. Los pliegues hay que estirarlos poco a poco hacia abajo.

Se va pegando el fondant a la tarta y se van estirando los pliegues hasta que lleguemos al final de la base.

Se recorta el fondant sobrante pero no se deja a ras de base, sino que se deja que sobre un poco por abajo. Con ayuda de 2 paletas y un poco de azúcar glas (para que resbalen las paletas y no se peguen al fondant) se va alisando la parte superior y los laterales mientras queda bien fijado el fondant a la tarta. No pasa nada si la tarta queda blanca. Antes de decorar, se puede limpiar con un trapito húmedo para que el fondant quede brillante.

Con decisión y sin titubear, se le da la vuelta a la tarta sobre el tapete de silicona. Con una paleta, se sujeta la tarta en el centro y con la otra se alisan las paredes de arriba hacia abajo por todo el exterior para hacer el borde de la tarta. Cuando se termine este paso, se recorta el fondant sobrante, se vuelve a dar la vuelta a la tarta y se coloca sobre la base de tarta y la base giratoria. Se limpia la tarta con un paño húmedo.

Es el momento de decorar la tarta. Esto queda a elección de cada uno. Hay que tirar de creatividad. En este caso se utiliza polvo de oro o lustre dorado para pintar la parte inferior del fondant.

Alrededor de la base, se coloca un collar de bolas doradas crujientes de chocolate y galleta. En la parte superior, se hace una especie de flor con los restos de fondant pintados de dorado que le dará volumen a la tarta y un aspecto de escultura metálica.

Para terminar, se coloca alguna bola dorada más en la flor superior. El resultado es elegante y espectacular.

Para conservar la tarta fondant no debe meterse en la nevera porque la pasta de fondant sufre mucho los cambios de temperatura. Lo mejor es dejarla en un lugar fresco y seco dentro de un portatartas.

Viajera gastronómica y periodista intrépida. Mi pluma y mi cámara son dos herramientas indispensables en mi día a día. Con ellas cocino recetas y viajo con cada una de ellas alrededor del mundo. La comida entra por los ojos y yo a través de mi objetivo me como todo lo que veo. Cuando puedo también escribo sobre lo que otros cocinan. Autocrítica e inconformista busco nuevos retos continuamente.