«Es posible vivir en paz, pero los humanos nos obcecamos en lo contrario» | Las Provincias

2022-08-20 11:53:26 By : Ms. Monica J

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María Dueñas, en Sevilla, antes del estreno del musical de su novela 'El tiempo entre costuras'. / j. m. serrrano

Jorge Amado, quien de pequeño quedó impresionado por su primer viaje a lomos de un caballo de madera en un carrusel de pueblo que cabalgaba a ritmo de una pianola, necesitaba poco para considerar que estaba en su casa: una mesa para comer, una cama para dormir y una máquina para escribir. La escritora María Dueñas, nacida en Puertollano en 1964 y afincada en Cartagena desde la década de los 90, lleva años recorriendo el mundo desde que el éxito literario le acompaña tras 'El tiempo entre costuras'. Para sentirse en casa respirar calma; la templanza es su fiel escudera. Su última novela, 'Sira', ha recuperado a Sira Quiroga, un nombre muy familiar para millones de lectores. Este verano seguirá escribiendo la que será su sexta novela. Derek Walcott, en 'La Abundancia', escribe: «No hay nada excepto el sol al final de la calle y un caliente mar entre las casas que se desmoronan». Qué distinto sería, y qué gran suerte, que, al final de la calle, ella te estuviese esperando.

- ¿De qué verano no ha podido olvidarse?

- De los de mi infancia, días lentos de calor, hermanos, piscina, salmorejo, sandía y 'dolce far niente'. Suelo asociar los veranos a buenos momentos.

- ¿Qué hace con las malas experiencias?

- Las archivo en el fondo de la memoria, no conviene olvidarlas. De casi todas podemos sacar lecciones interesantes.

- ¿Lo mejor de la niña que fue?

- Los fantásticos padres que tuve, y las ganas de salir al ancho mundo.

- ¿Hoy qué queda de ella?

- Casi todo. A mis padres los perdí, pero permanece intacto su legado. Y sigo asomándome al mundo constantemente.

- ¿Y de la mujer que era cuando tuvo a sus dos hijos?

- Queda el sentido de la responsabilidad y el disfrute permanente de saber que mis hijos existen.

- De que casi todo tiene una posible solución, por difícil que parezca a veces.

- Lo justo y necesario, cuando se trata de algo que de verdad me importa.

- ¿Se imaginó su vida a día de hoy: el éxito internacional, los frutos de sus novelas, los viajes…?

- No, me mantuve siempre concentrada en el presente, sin fantasear nunca acerca de qué me depararía el futuro.

- ¿Echa usted algo de menos de su etapa de profesora en la universidad?

- Compartir pareceres y criterios, remar en la misma dirección con otra gente. Escribir es mucho más solitario y, aunque yo me manejo bien con la soledad, hay veces que añoro ese contacto cercano con mis antiguos colegas.

- ¿Se reconoce hoy cuando se mira al espejo?

- Por supuesto. Soy la misma de siempre, aunque mi imagen algunas mañanas se empeñe en llevarme la contraria.

- ¿Cuando se levanta qué se dice?

- ¿Cómo suele acabar el día?

- Un 'dry martini' con tres aceitunas al final de una jornada de trabajo provechosa.

- ¿Esa manía que la persigue…?

- No soporto que algo esté torcido o descuadrado, voy por la vida recolocándolo todo.

- Insiste usted en que no es romántica...

- ...cero romántica, eso lo dejo para las películas de Disney.

- La gente que desperdicia lo que tiene, en todos los sentidos: talento, recursos, suerte…

- Cuando estalla ¿qué conviene hacer a los que están a su alrededor?

- ¿Para qué se ha dado por vencida?

- Para ir sistemáticamente al gimnasio.

- ¿Y con qué se ha propuesto sorprenderse a sí misma?

- Con mi aspiración a no apalancarme; seguir activa, dinámica, ilusionándome con nuevos planes y proyectos, en el presente y en el horizonte.

- ¿Qué le hace disfrutar en su día a día?

- El primer café de la mañana, sin prisa y en silencio, planificando el día, escuchando la radio y leyendo la prensa en el iPad.

- Descansar y trabajar, a medias. He tenido una primavera intensa y me espera un otoño movido, tengo que adelantar escritura y recargar fuerzas.

- A sentirme obligada a hacer lo que no me gusta, no me apetece o no me interesa. A hacer de florero o entretenimiento, a salir de tartas ajenas.

- ¿Sus 'mandamientos' cuáles son?

- Intentarás respetar y ser respetada, serás digna y honesta, no crearás problemas innecesarios, no harás daño conscientemente, no te rendirás nunca, velarás por los demás como por ti misma…

- ¿Para qué es María Dueñas una lince?

- Para hacer maletas sensatas. Lo heredé de mi madre. Llevo siempre lo justo y en el orden necesario, casi nunca me sobra ni me falta nada.

- ¿Y para qué se reconoce torpe?

- Canto de pena, aunque me encantaría tener buena voz, buen oído, sentido del ritmo y gracia.

- ¿Qué tal madre es usted?

- Intento estar implicada sin agobiar, pendiente sin dar mucho la lata.

- ¿La elegancia en qué consiste?

-En una cierta actitud frente al mundo, que se articula de formas muy diversas.

- Dice el padre de Melibea: 'Bienaventurados amor quienes no te conocen'. ¿Cómo le ha ido a usted?

- ¿En qué lugares ha sido feliz?

- En casi todos por los que he pasado, de una u otra forma.

- ¿Dónde vuelve con alegría?

- A Tetuán y a Tánger. Y a Estados Unidos.

- ¿Qué consejo le dieron y no olvida?

- Mi padre, cuando brotó de pronto el éxito literario: «La cabeza fría y los pies en el suelo».

- ¿Cuándo descubrió que esto de vivir no es fácil?

- Cuando la negra suerte empezó a dar zarpazos inmisericordes a seres muy queridos.

- Con una larga tarde de sofá, un buen libro, una buena serie…

- ¿Qué le hace ponerse de buen humor?

- Que suene de pronto Calamaro.

- ¿Qué libro le cambió la vida?

- 'El pájaro verde', un libro de lectura escolar de primero de EGB. Desde entonces tengo constancia de que leer es algo maravilloso.

- ¿Cómo es su convivencia con Sara Quiroga después de tantas coas vividas juntas?

- Fluida y orgánica, excelente, me lo ha puesto muy fácil.

- ¿Por qué su literatura es un fenómeno digno de estudio y aplauso?

- Porque los lectores así lo han querido, y yo les estoy inmensamente agradecida.

- ¿Quién es el enemigo?

- La indolencia, la pereza, la resignación, la dejadez, el conformismo…

- ¿En qué último charco se ha metido?

- Estoy trabajando mucho últimamente en el mundo audiovisual, con varios proyectos en marcha. Algunos son adaptaciones de mis novelas, y otros proyectos originales en los que me he volcado con enormes ganas.

- ¿Hay un Más Allá?

- Sería divino, pero lo dudo.

- Que mi nueva novela avance bien. Que todo ande encarrillado en la vida de los míos. Que acabe la guerra en Ucrania.

- ¿A las brujas de Macbeth qué les preguntaría?

- Nada, no me gustan los augurios ni las profecías. Prefiero que el porvenir se despliegue imprevisto, a su manera.

- ¿Qué música le suele acompañar?

- Una 'play list' repleta de viejas glorias, entre las que de pronto aparece C. Tangana.

- ¿Qué exceso no se permite?

- ¿Qué hace con sus miedos?

- Los miedos me los trago con patatas y me hago la valiente.

- ¿Algún sueño recurrente?

- He conducido muchísimo, desde muy joven, pero a veces sueño que voy en el asiento del copiloto y quien conduce -nunca sé quién es- desaparece de pronto y tengo que ponerme al volante, sin saber cómo hacerlo. Tras un rato angustioso, logro aparcar sin estrellarme.

- No, no. ¿Qué haría yo sin el jamón rico?

- ¿Dónde no la encontraremos nunca?

- En mitad de una multitud ruidosa.

- ¿Qué no se imagina nadie de usted?

- Me tomo bastante poco en serio muchas cosas que desde fuera parecen importantes.

- ¿Lo más raro que le ha pasado?

- Me propusieron ser madrina de honor de la Asociación Española del Bonsái.

- ¿Qué hacer con don Juan Carlos I?

- Devolverlo a España y quitarlo de en medio discretamente, antes de que sea demasiado tarde. Lo de Abu Dabi me parece surrealista.

- ¿Qué derivas de nuestro país le inquietan?

- La educación, que no acaba nunca de enderezarse.

- Cinco segundos, mientras me doy un baño en el Mediterráneo.

- ¿A quién conoció y fue todo un placer?

- Últimamente, a la nueva embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, una mujer admirable.

- ¿Qué le dijo un lector o lectora y la emocionó?

- Más de una lectora, que 'El tiempo entre costuras' fue el primer libro que leyó en su vida, y a partir de ahí se enganchó a la lectura.

- ¿A qué sigue usted sin acostumbrarse?

- A la gente grosera. A la ignorancia y la incultura voluntaria. A los que solo hablan y hablan de sí mismos. A los que aparcan en verano donde les sale del alma.

- ¿Tiene claro como John Donne que las campanas suenan por todos?

- Por supuesto. Individualmente somos muy poco.

- ¿Qué obra de arte salvaría de un mundo en llamas?

- 'La Piedad' de Miguel Ángel, para que se recuerde siempre la ternura y el dolor humano.

- ¿Lo mejor que le ha dado la vida?

- Una familia grande y estupenda.

- ¿En qué le ha cambiado la pandemia?

- Me ha cambiado la perspectiva de algunas cosas, lo relativizo más casi todo, y tengo cada vez más claro que no hay que perder el tiempo ni la energía con tonterías innecesarias.

- Loco con malicia; hay también locos buenos, pero este desgraciado no está entre ellos.

- ¿Qué personaje de novela le gustaría ser?

- No me importaría meterme en la piel de Sira una temporada. Ir camuflada dentro de ella a Palestina, colaborar con la BBC en Londres, conocer a Eva Perón, alquilar una hermosa casa con jardín en el legendario Tánger de los años cuarenta…

- ¿Es posible vivir en paz?

- Estoy segura de que sí, pero los humanos nos obcecamos en lo contrario.

- ¿Qué reconoce que también hace?

- Acoger a gente en mi casa.

- ¿Qué hay más triste que tres tristes tigres?

- Pasarse alguien la vida cambiando canales frente a la tele. No aspirar a nada. Acompañar una buena comida con un vaso de agua.

- Ando a la espera de que los personajes de mis novelas me saluden algún día por la calle.

- Una cena con gente amena, que genere conversación interesante y algunas risas mientras comemos cosas ricas y bebemos buen vino.

- ¿Volvería a empezar todo de nuevo?

-Mi sexta novela. Y un guión, en colaboración, que espero terminar en breve.